Con la muerte en los talones

Ayer fue un día de bochorno. Por la mañana fuimos a Bastiagueiro y luego estuvimos cociéndonos a fuego lento en la terraza. Así pasaron las horas hasta la noche.

A partir de las once empecé a sudar a gota gorda así que fui a la nevera en busca de algo fresco. No había agua y busqué como un poseso hasta que encontré un melón... Eran las doce de la madrugada pero ya sabéis que soy un poco como Alf, no tengo hora para comer.

Mientras estaba en plena faena me llegó un mensaje del Bocho. Necesitaba un lector de tarjetas así que le dejé mi portátil pero bajó inmediatamente a devolvérmelo porque no le funcionaba. Reconozco que no le presté mucha atención porque estaba comiendo medio axfisiado, me imagino que era cosa del driver del lector (Javierito aún tengo tu portátil. Diagnóstico: viruses found, Solución: dejar de ver porno).

Cuando me vio con el melón sentenció muy serio:

- Ten cuidado con comer melón por la noche. Te puedes morir.

Me sentí como un Gremlin. Eran las doce y pico y no me podían dar de comer. Luego claro, estuve riéndome cinco minutos. Mira que hay enfermedades y la vida es muy puta, pero que yo sepa nadie ha muerto por comer melón por la noche. Hoy he visto que había sandía. Seguramente juegue a la ruleta rusa dentro de un rato, soy un tipo arriesgado.

Nunca se sabe lo que te deparará la vida. Ya lo decía el capitán Furillo en Canción triste de Hill Street: "Tened cuidado ahí fuera"