Esto nos lo encontramos Belén y yo en un capilla antigua, perdida de la mano de Dios, en Girona.
Pd: en un primer momento ante nuestra incredulidad, pensamos que era para dar un donativo para el alquiler del ciri.

2 comentarios:

  1. Ya notaba yo en Girona una voz conocida que me susurraba al oido diciendome:
    "odia a maxi, odia a maxi"

    ResponderEliminar
  2. yo a ciri no le doy ni un can !!

    ResponderEliminar