Hijos de puta, hay que decirlo más!!

Lo que está pasando desde hace un tiempo en la Facultad de Económicas, es que un grupo de estudiantes, entre los que me encuentro, han decidido hacer público su descontento, en referencia al trato obtenido por un matrimonio que domina una asignatura como si de un feudo se tratase.
Para empezar, el porcentaje de aprobados es siempre el mínimo legal para no dar por nula dicha convocatoria, lo que según tengo entendido, ronda un 10 %. Esto ha provocado que se formara un tapón de gente que veía frustrada su licenciatura por esta asignatura. Lo que para un profesor normal significaría una llamada de atención, en lo que a la efectividad de su trabajo se refiere, para esta gente, a buen seguro que es un motivo de orgullo. El reducido número de aprobados no es más que una prueba irrefutable de su incompetencia. Y el mantenimiento continuado de este porcentaje constituye otra prueba de sus intenciones poco positivas.
Por si esto no fuera poco. En las revisiones de sus exámenes está prohibido la toma de cualquier clase de nota, apunte o nada que se le parezca, lo cual hace pensar que si existe algún propósito en su docencia, el de enseñar no se cuenta entre ellos. Generalmente convocan las revisiones con un día de antelación, lo que provoca que mucha gente no se entere a tiempo de que estas se producen, y siempre empiezan dichas revisiones antes de la hora indicada, por lo que aunque llegues a tiempo, ya te has perdido la mitad de la revisión. De todos modos, no se pierde gran cosa llegando a tiempo (pero tarde) porque no sirven de nada. Son un paripé en el que se dedican a dejar a los alumnos como borregos y a dar los resultados de un test sin a penas explicar nada. En estas revisiones cambian los parámetros de puntuación según la nota de la persona que haga la pregunata. Me explico, el valor de las preguntas de el examen práctico son volubles, según las necesidades de los alumnos para llegar al aprobado.
Y en lo que a tutorías se refiere, pues comentar que no existen tales tutorías. Y casi es mejor no encontrar a nadie en su despacho, a que te responda una duda la inútil de la profesora, porque si no está su marido, las dudas se convierten en dudones.
Habiendo hablado un compañero con el director del departamento, con el decano y estando a la espera de mantener una conversación con la vicerrectora de no sé que (por el momento la vicerrectora no hace más que dar largas, siendo imposible hasta el momento concertar una cita) la impresión que tengo de todo esto, es que a parte de pasarse la pelota caliente unos a otros, nadie va a reconocer el error que han cometido, ya no los dos profesores de la asignatura, de quienes, visto su comprtamiento no se puede esperar nada, sino al director del departamento, al decano vicerrectores, rector, ¿es que esta gente cobra por tomar cafés y decir a todo que sí poniendo buena cara? Pues ya sabíamos todos que sí, pero duele sufrirlo. Y lo peor de todo es cuando el propio decano dice que no toda la culpa es de los alumnos sino que ellos también tienen cierta culpa por no verlo antes. Pero vamos a ver, ¿acaso no era evidente cuando había cientos y cientos de matriculados en esta asignatura que existía un problema? Lo que ocurre es que es muy facil mirar para otro lado, y echar la culpa al alumnado, pero estamos hablando de gente que está en 5º de carrera con una asignatura pendiente y con una edad considerable, y no de unos estudiantes de 1º que estén aprendiendo a jugar al mus.
Mientras tanto, Sr. Ignacio siga ganando millones a espuertas en Zara y jodiendo a sus alumnos.
Ayer quedamos unos cuantos afectados en la facultad, y si bien era consciente de que había alguna gente que estaba realmente crispada (no es mi caso) no tenía ni idea de que incluso hay personas en tratamiento psicológico y tomando pastillas. Y todo esto se lo debemos a la incompetencia de aquellos que ostentan cargos públicos con la misma ligereza que afrontarían la presidencia de la comunidad de vecinos de sus edificios.

Y si digo que no estoy amrgado por el tema, es porque en mi situación actual, el tener un papelajo que diga que soy licenciado en CIencias Económicas por la deshumanizada y despreocupada univesidad de la Coruña, no va a significar nada más que no sea prestigio familiar. Oooohhh! mira ya es licenciado. Y qué. Aunque ese papelajo tenga importancia en el mundo laboral, actualmente creo que es mucho más importante la autoestima y la fe en uno mismo. Autoestima que los profesores de dicha asignatura deben de tener por los suelos, comportandose como se comportan.