A lo largo del año mueren cientos de miles de seres humanos intentando alcanzar la libertad, intentando no morirse de hambre, huyendo de guerras fratricidas movidas por intereses económicos y saltando verjas y muros cada vez mas altos y gruesos; pero estas muertes no son importantes, son muertes de segunda división las cuales apenas si tienen valor en esta sociedad consumida por la falta de tiempo, son muertes sin nombre.
Todos los días, en nuestras carreteras mueren seres humanos por culpa de la falta de mantenimiento de las carreteras, por falta de iluminación y por falta de educación; son nuestros vecinos y nuestros familiares, pero también son de segunda división; estos si tienen nombres, así sus familiares por lo menos pueden llorarles por que saben que han muerto; pero para nosotros son un número infinitamente repetido.
A todas horas, niños hambrientos piden unas monedas para comer en cientos de megaciudades deshumanizadas, en las que la opulencia de algunos insulta la precariedad de otros; pero nosotros pisaríamos a los niños para poder comer con la opulencia. Hemos aceptado la desgracia de algunos como parte necesaria de "nuestra" civilización.
Ayer ha muerto Loyola de Palacio y hace unos días Pinochet. Jugaban en Primera, si en vida esto se nota, en la muerte se nota más, por que pasas de ser un conocido a ser querido por todo el mundo, parece que la muerte de ciertas personas sanase los males que hizo y magnificase los bienes realizados.
Desde aqui he de decir que no me parece importante la muerte de Loyola de Palacio, ni siquiera por haber muerto de cáncer siendo un persona relativamente jóven, lo siento por la familia y la acompaño en el sentimiento, pero no pararé mi vida un segundo más que por aquellos que mueren todos los días en los campos embarrados de las divisiones "inferiores". Ahora le llegarán las medallas, los honores y los aplausos de los palmeros... es un consuelo que otros muchos no tienen ni tendrán.
Cuando yo muera, seguro que no habrá medallas, ni honores, ni aplausos, pero no me importa, yo juego se dónde estoy jugando; supongo que a mi se me somete a juicio diario por aquellos que me conocen y algunos de ellos sonreirán, como les he pedido muchas veces, en el momento de mi viaje.
Loyola de Palacio. Descanse en Paz.
Pinochet. La Historia será tu juez.
A todas horas, niños hambrientos piden unas monedas para comer en cientos de megaciudades deshumanizadas, en las que la opulencia de algunos insulta la precariedad de otros; pero nosotros pisaríamos a los niños para poder comer con la opulencia. Hemos aceptado la desgracia de algunos como parte necesaria de "nuestra" civilización.
Ayer ha muerto Loyola de Palacio y hace unos días Pinochet. Jugaban en Primera, si en vida esto se nota, en la muerte se nota más, por que pasas de ser un conocido a ser querido por todo el mundo, parece que la muerte de ciertas personas sanase los males que hizo y magnificase los bienes realizados.
Desde aqui he de decir que no me parece importante la muerte de Loyola de Palacio, ni siquiera por haber muerto de cáncer siendo un persona relativamente jóven, lo siento por la familia y la acompaño en el sentimiento, pero no pararé mi vida un segundo más que por aquellos que mueren todos los días en los campos embarrados de las divisiones "inferiores". Ahora le llegarán las medallas, los honores y los aplausos de los palmeros... es un consuelo que otros muchos no tienen ni tendrán.
Cuando yo muera, seguro que no habrá medallas, ni honores, ni aplausos, pero no me importa, yo juego se dónde estoy jugando; supongo que a mi se me somete a juicio diario por aquellos que me conocen y algunos de ellos sonreirán, como les he pedido muchas veces, en el momento de mi viaje.
Loyola de Palacio. Descanse en Paz.
Pinochet. La Historia será tu juez.
Curtis
ResponderEliminarQué casualidad! Yo ayer pensé algo parecido. Sin embargo creo que esta serie de noticias dejan una cosa bien clara. Que por mucho dinero que tengas, no te salvan ni en Houston.
Considero que fué mucho peor lo de Rocio Jurado, ahora llamada la más grande de España, (tócate los cojones!). De la más grande nada. Personalmente opino que Ofelia, la mujer de Castro, el de los autobuses del colegio, era bastante más grande que la Rocio esa. Quienes hayais estudiado en Dominicos sabreis de lo que hablo. El resto imaginarosla.
Un saludo para todos los hombres de buena voluntad.
Hombre, es un pensamiento, nada más y creo que el primero que plasmo así en el blog.. . no está mal que sea este.
ResponderEliminarEn cuanto a Ofelia, no la conocí, no estudié en Dominicos, pero casi!! Pero me la imagino como la de Mortadelo y Filemón y me descojono.jijiji
Ofelia, te queremos!!! Que carallo!
Lamentablemente he de decirte mi queridisimo Arzo que no ti tienes razón en algo que has escrito. Si te fijas en lo que has afirmado sí has parado tu vida más de un segundo que con otra muerte, ya que has reflejado lo que piensas del tema, pero dudo muchísimo que con la muerte de un ser anónimo te hubieses planteado algo similar, es más ni nos acordaríamos, pero en fin el mundo está montado así. En el resto del escrito estoy de acuerdo. Saludos cordiales.
ResponderEliminarTiene usted razón mi estimado Gabacho, pero ahora que lo he releido, veo que he cometido un grave error, puesto que yo lo que quería decir es que no iba a perder un segundo más del que estaba perdiendo.
ResponderEliminarPero no lo corregiré para que se pueda comprobar que errar es de sabios.